John Lennon y sus famosos anteojos de "abuelita"






El año 1967 en preparación para su papel en la película de Richard Lester How I Won The War, (Como gané la guerra) John Lennon se tiene que cortar el pelo al estilo que se usaba en el ejército. El corte de pelo de Lennon era tal como lo sugería el guión del soldado Gripweed, y fue cortado a la hora de almuerzo en la sala de desayunos del bar del hotel The Inn On The Heath en Celle, cerca de Hannover, Alemania Occidental. 









El peluquero un alemán llamado Klaus Baruch de veintiocho años, hizo noticia
en todo el mundo por este corte que a futuro sería de gran moda.

 El peluquero Baruch le cortó las patillas a Lennon, le arreglo su chasquilla y lo peinó con aceite, lo que hizo que su pelo quedara bien desordenado. El cabello cortado luego se quemó para evitar que se vendiera. Junto con este corte de pelo tuvo que usar unas gafas más o menos redondas y anticuadas que eran como de “abuelita”. 







Aunque el peinado y las gafas de John eran una medida temporal sólo para la película, resultó ser que esas gafas redondas y anticuadas más el peinado, se convirtieran en una marca registrada de su imagen pública. Pronto fue una moda, y John, mantuvo esta apariencia hasta el final de su vida.








John Lennon una vez dijo: “Había muchas razones para hacer la película: una de esas era que era contra la guerra”, además así evité la depresión por el hecho que Los Beatles ya no harían giras y no podría estar de vagabundo por nueve meses. El productor Dick Lester se divirtió más que yo.








La película es una parodia del cine bélico, y se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial.

Narra las peripecias de un inepto militar que dirige una compañía de inadaptados. 






Por eso, el teniente Goodbody (Crawford) intenta suplir su falta de experiencia con un entusiasmo desbordante, y le ordenan construir un campo de criquet en el Norte de África, en pleno desierto, a cien kilómetros por detrás de las líneas enemigas, no lo piensa dos veces y acomete la empresa incluso arriesgando la vida de sus hombres.






Escrito por: Alejandro Glade.




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